En este libro, su autor define a Juan Cacho como un hombre simple, el típico soltero que vive sólo, que lleva una vida rutinaria como tú y como yo, tiene un trabajo mal pagado y lleva una vida muy común. Se trata de una lectura sencilla e incluso humorística, vocabulario fácil y lo suficientemente entretenida para que conforme vayas pasando las páginas de este libro te vayas adentrando en su vida e identificando con algunas o quizás muchas de sus vivencias. Además, se desarrolla en Málaga nombrando alguno de sus barrios y la vida diaria de sus calles y del verano, por lo que si eres malagueño te sentirás más identificado aún con esta historia e incluso llegues a pensar que Juan Cacho puede ser uno de esos hombres cualesquiera con los que te topas por la calle un día común. No se trata de un libro que cuente una historia irreal sino de un libro actual con sucesos de la vida diaria que le pueden ocurrir a cualquiera. Finalmente, resulta irónico que su autor en primer lugar pensase en Juan Cacho como un detective porque después de la lectura de su historia ¿te resultaría fácil imaginar a Juan Cacho como un detective serio en busca misterios? A mí no, sin duda preferirás a este señor Cacho.
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